Si todavía hay algo capaz de conmoverte,

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entonces, sigues vivo.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Se llama Plagio.


Identidad. Muchas personas carecen de ella. Desgraciadamente para estas, es imprescindible tanto en la vida profesional como en la personal.

Es cierto que innumerables veces, nos dejamos influenciar por modas, poses, estilos de vida que nos atraen. Pero no podemos crear nuestra personalidad, nuestros ideales, nuestras ideas a partir de las de otros.

Envidiamos a los que son mejores que nosotros, pero eso no es inevitable. Quizás debamos cambiar envidia por admiración. Respetar su propiedad intelectual, y entender que su obra es fruto de un gran esfuerzo.

Es evidente que no podemos componer, escribir, incluso pocas veces pensar algo que no se haya hecho ya. Es más, debemos ayudarnos, aprender de la sabiduría que otros nos han legado. Lo que no podemos hacer bajo ninguna circunstancia es apropiarnos de esa sabiduría.

Se dice que una idea solo es del autor hasta que la pone por escrito, y la difunde. Entonces, ya es de todos. Pero esa idea ha crecido, ha madurado en la mente del autor, y gracias a nuestra “avanzada” sociedad, no olvidamos de dónde surgió. Por ello precisamente, es tan difícil y tan inútil intentar cambiar su origen para apropiarse de ella.

No todo el mundo puede tener grandes pensamientos, ni hacer grandes obras. Y no es necesario que todo el mundo lo haga, ni mucho menos. Pero, si lo intentas, que puedas estar orgulloso de lo que tú has hecho. ¿Dónde queda el honor cuando la obra no es tuya y te la apropias? ¿Dónde queda el mérito, si todo es trampa? ¿Acaso eso ya no importa? ¿Tampoco importa ya el autor?
Pues parece que ya no. Ahora todo vale, con tal de conseguir nuestros objetivos. Ahora un fin egoísta justifica los medios, por amorales que sean.

Puedo entender que una persona adulta no sepa distinguir entre el bien y el mal, está entonces enferma. Incluso puedo comprender que, distinguiéndolo, escoja el camino fácil y no el correcto, convirtiéndose entonces en un desvergonzado, un “caradura”.

Lo que no asimilo, es que haya personas que vuelvan la cara, hagan oídos sordos. Supongo que esos, simplemente son idiotas.  

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