Han vuelto aquellos seres inmundos, que sin más extremidades, reptaban a ras del suelo, cubriéndose de su esencia, a veces mugrienta, a veces paradójicamente celestial.
Siguen siendo las mismas serpientes. La vil, la arruinada. Como siempre.
La arruinada busca su ruina, desesperadamente. La vil, necesita arruinar, inexorablemente.
Pero esta vez... Esta vez no se han conformado con destrozarse la una a la otra desde la lejanía conceptual. Esta vez, el combate cuerpo a cuerpo, la orgía, los ha dejado postrados en una cama inmensa, que es el universo, fumando bajo el Árbol del Conocimiento, el pitillo de después. ¿Se hastiarán de ellos mismos, de su olor a tabaco, fornicación y pecado (un olor, por cierto, inefablemente maravilloso)? ¿O volverán a reptar por la lejanía conceptual? Quizás, sofistamente, adopten un punto intermedio y consigan ser reptilmente felices.
Si todavía hay algo capaz de conmoverte,
viernes, 27 de diciembre de 2013
martes, 3 de diciembre de 2013
No me salen las cuentas, camarero.
Si somos ángeles menos dos alas, pero las bebidas
espirituosas nos llevan al cielo porque multiplican nuestro volumen por la
constante de la desesperación (lo que evidentemente nos hace más ligeros
corporalmente, que no conscientemente), ¿por qué emborrono esta asíndota vertical
negativa?
Mi
amigo Hades me explica que en el extremo de la asíndota, al fin y al cabo, se
está calentito, y da otro trago de ácido sulfúrico. Y sólo por probar si me
prende el pelo en un destello purpúreo como a él, hago gárgaras con su bebida,
y recorro de un golpe la curva infinita.
Sí que
se está calentito.
lunes, 11 de noviembre de 2013
Densidad por volumen igual a gris.
- ¿Hay alguna persona en la sala?
Y como sospechaba, nadie contestó en aquel salón abarrotado.
Las personas se habían extinguido. Evolucionaron hacia una masa gris e informe, ahora sin posibilidad de fracción. La gente.
Y así fue como decidió dedicar su vida los colores que todavía quedasen en el planeta, y fusionarse con ellos para no formar nunca una masa gris, sino un arcoiris, con la esperanza de seguir siendo personas para siempre.
Y como sospechaba, nadie contestó en aquel salón abarrotado.
Las personas se habían extinguido. Evolucionaron hacia una masa gris e informe, ahora sin posibilidad de fracción. La gente.
Y así fue como decidió dedicar su vida los colores que todavía quedasen en el planeta, y fusionarse con ellos para no formar nunca una masa gris, sino un arcoiris, con la esperanza de seguir siendo personas para siempre.
Sexologismos.
Si tu cuerpo es mi lienzo,
si mis besos son el pigmento,
si la artista es mi boca,
tu orgasmo es mi obra de arte.
Y tú,
en ese momento,
eres solo mío.
Hasta que, como todas las obras de arte,
acabas,
y ofreces tu propiedad a todos.
Y quisiera que fuerais únicamente míos.
Pero entonces,
no seríais mis obras de arte.
si mis besos son el pigmento,
si la artista es mi boca,
tu orgasmo es mi obra de arte.
Y tú,
en ese momento,
eres solo mío.
Hasta que, como todas las obras de arte,
acabas,
y ofreces tu propiedad a todos.
Y quisiera que fuerais únicamente míos.
Pero entonces,
no seríais mis obras de arte.
sábado, 20 de julio de 2013
Hoy. (En adobo.)
Hoy es uno de esos días artificiales, que parecen resplandecer detrás de un escaparate denso y sucio. Todo se desarrolla con soporífera y calurosa lentitud.
Comprendo que las palabras vacías transmiten sensaciones, perfumes suculentos. Pero no sentimientos, no lágrimas, no miedos.
Me duele el aburrimiento y me come la desidia.
Parece que no tengo seres queridos, y tampoco me importa mantener a los que alguna vez tuve.
Tiro de los mismos libros que una vez me emocionaron, buscando las mismas sensaciones. Me refugio en las canciones que hace años tenían algún significado.
Hoy, todo está vacío. Y lo peor, es que no me importa. Tampoco me esfuerzo en buscarle un significado a nada.
Así, seguiré leyendo los mismos libros, viendo las mismas películas, y refugiándome en los mismos corazones, que no podridos, pero que para mí hieden. Y ya no sé si ese hedor me reconforta o me revuelve.
Hoy, sólo sé que hace calor. Y la única persona non-rancia sigue revolcándose en adobo, hasta que no quede en sí mismo el olor familiar que me alejaba de las preocupaciones.
Yo no sé revolcarme en adobo.
Comprendo que las palabras vacías transmiten sensaciones, perfumes suculentos. Pero no sentimientos, no lágrimas, no miedos.
Me duele el aburrimiento y me come la desidia.
Parece que no tengo seres queridos, y tampoco me importa mantener a los que alguna vez tuve.
Tiro de los mismos libros que una vez me emocionaron, buscando las mismas sensaciones. Me refugio en las canciones que hace años tenían algún significado.
Hoy, todo está vacío. Y lo peor, es que no me importa. Tampoco me esfuerzo en buscarle un significado a nada.
Así, seguiré leyendo los mismos libros, viendo las mismas películas, y refugiándome en los mismos corazones, que no podridos, pero que para mí hieden. Y ya no sé si ese hedor me reconforta o me revuelve.
Hoy, sólo sé que hace calor. Y la única persona non-rancia sigue revolcándose en adobo, hasta que no quede en sí mismo el olor familiar que me alejaba de las preocupaciones.
Yo no sé revolcarme en adobo.
lunes, 15 de julio de 2013
Me enseñó lugares que no debería haberme enseñado.
Como su corazón. Lo pisoteé, porque me dolía. Lo partí porque le dolía. Aún así, vino a mí, arrastrándose como una serpiente. Herida, enamorada. La cogí entre mis brazos. La besé. Dos veces. La primera la amé. La segunda, supimos que no nos amábamos. Pero seguimos serpenteando, porque eso es lo que hacen las serpientes.
Él, serpiente de dolor.
Yo, serpiente de vil.
Él, serpiente de dolor.
Yo, serpiente de vil.
lunes, 24 de junio de 2013
Greguerías de P. II.
Enigmas, puertas cerradas por las que únicamente puedes vislumbrar sombras a través del cerrojo. Muchos, no tienen llave. Muchos, mejor no encontrarla. Muchos, tiene más valor haber encontrado la puerta.
Dios, me duele Dios.
Nos encontramos ante un diagrama causal de retroalimentación positiva. Es un caso insólito ya que las variables, aunque dos, en realidad son la misma.
'Dios, me duele Dios.'
La primera variable, es una súplica, un grito de ayuda, de auxilio. La segunda variable es una espina clavada en el alma y en la mente. Ambas son Dios, de forma diferente.
Nos encontramos que cuanto más hondo se nos clava la espina de Dios, de su no-existencia, de su no-realidad, cuanto más grande es la desesperación por saberse mortal y dueño de nuestros actos, mayor es el grito de auxilio hacia ese Dios que tanto nos duele, necesitamos que nos salve y que nos haga nuestra vida cotidiana más llevadera. Por desgracia, cuanto mayor es el S.O.S., mayor es la indiferencia de este, nuestro Dios, y por tanto, aumentará la profundidad de la herida de la fe. Este ciclo se dará en todas direcciones, por tanto también podría interpretarse al contrario.
Es un ciclo muy inestable, como todos los de retroalimentación positiva, ya que un pequeño cambio en una de las variables desencadenará una catástrofe mayor en la siguiente variable y por tanto, también en ella misma.
'Dios, me duele Dios.'
¿De dónde viene el mundo? (Del mundo y del tiempo.)
'No tiene justificación vivir en un mundo sin preguntarse siquiera de donde venía.' (Pero, ¿no debemos antes conocer de dónde venimos nosotros? Pero, ¿y si nosotros somos también nuestro mundo? ¿Descubriéndonos a nosotros descubrimos el mundo? ¿Descubriendo el mundo nos descubrimos a nosotros?)
Los 'siempre' son relativos, porque miden tiempo. El tiempo lo hemos inventado nosotros. No existe, sólo es. Los 'siempres' no existen, porque se acaban cuando se acaba el dueño del tiempo del 'siempre' o el tiempo del dueño del 'siempre', que viene a ser lo mismo.
Los 'siempre' son relativos, porque miden tiempo. El tiempo lo hemos inventado nosotros. No existe, sólo es. Los 'siempres' no existen, porque se acaban cuando se acaba el dueño del tiempo del 'siempre' o el tiempo del dueño del 'siempre', que viene a ser lo mismo.
domingo, 23 de junio de 2013
¿No era extraño estar en el mundo en este momento?
(Ese momento en el que sientes que te han cortado los cables y te han quitado las vendas, con los músculos flácidos, fascinado, pero sin saber 'andar', libre, pero sin saber qué hacer con esa libertad.)
¿Quién eres?
¿Imitas a la realidad del espejo o el espejo imita tu realidad? ¿Cómo estás tan seguro de que no eres tú quien está tras el espejo? ¿Sabemos quiénes somos alguna vez o, si lo sabemos, lo entendemos demasiado tarde? (Lo peor que puede sucederte es que aprendas a conocerte a ti mismo. Sigue sorprendiéndote.) ¿Podemos elegirnos a nosotros mismo? (No, pero podemos cambiarnos. ¿Podemos cambiarnos? ¿Queremos cambiarnos? ¿De verdad no nos queremos? Lo suficiente como para no cambiarnos.)
sábado, 8 de junio de 2013
Oiga doctor,
Devuélvame mi depresión, que desde que soy feliz, no escribo ni un párrafo.
Oiga doctor, mi musa está aquí, dígale que me bese, o que sea cierto el jamás.
Oiga doctor, ¿de verdad existe?
Oiga doctor, dígale a Pepito Grillo que siempre me cayó mal. Nadie me dice lo que tengo que hacer. Dele arsénico, por compasión.
Oiga doctor, mi musa está aquí, dígale que me bese, o que sea cierto el jamás.
Oiga doctor, ¿de verdad existe?
Oiga doctor, dígale a Pepito Grillo que siempre me cayó mal. Nadie me dice lo que tengo que hacer. Dele arsénico, por compasión.
La vida no es un bloc cuadriculado, sino una golondrina en movimiento...
Que no vuelve a los nidos del pasado, porque no quiere el viento, porque no quiere el viento.
Es curioso que mi pecho de pensar sea el izquierdo, el que está sobre el corazón. ¿Eso quiere decir que la razón está por encima del corazón, o que se han fusionado hasta lograr una montaña blanca con cima rosada? ¿Es ese el clímax de la civilización? ¿La fusión entre lo figurado y lo real? ¿El dolor y el placer? ¿Lo divertido y lo rutinario?
Todo es un pecho. Y mi pecho. El izquierdo, concretamente.
Y,
tiene propietario.
Es curioso que mi pecho de pensar sea el izquierdo, el que está sobre el corazón. ¿Eso quiere decir que la razón está por encima del corazón, o que se han fusionado hasta lograr una montaña blanca con cima rosada? ¿Es ese el clímax de la civilización? ¿La fusión entre lo figurado y lo real? ¿El dolor y el placer? ¿Lo divertido y lo rutinario?
Todo es un pecho. Y mi pecho. El izquierdo, concretamente.
Y,
tiene propietario.
¿Cuento de ancas?
- Si me permites estar a tu lado, para siempre, este será nuestro cuento de hadas.
- Cuando me besas, me siento una princesa.
- Eres mi princesa. Besémonos siempre.
Y así es como, en una bonita charca, los sapos fueron felices para siempre.
- Cuando me besas, me siento una princesa.
- Eres mi princesa. Besémonos siempre.
Y así es como, en una bonita charca, los sapos fueron felices para siempre.
sábado, 27 de abril de 2013
Lord.
Camina embutido en un abrigo largo, negro.
Fuma, siempre fumando.
No le ha pasado nada, y a la vez le ha pasado todo.
Tiene una vida perfecta, en una ciudad perfecta, en un
barrio perfecto, en una casa perfecta, junto a unas personas perfectas. Le
sonríen. Sus Sonrisas parecen amables, pero son demasiado grandes para ocultar
sus verdaderas intenciones. Quieren devorarlo. Tragárselo pedazo a pedazo,
infectarse de su imperfección. No pueden ser infelices. Tienen la Sonrisa
clavada en el alma. Están hartos de sonreír.
Y él... él es libre. Él puede fumar. Él puede llorar. Él
puede seguir siendo infeliz o elegir ser como ellos, si quiere. Porque no tiene
que dar explicaciones a nadie. Puede vomitar sangre y nadie le preguntará qué
ha comido. Puede llorar mariposas y nadie le preguntará de quién se ha
enamorado.
Y eso es lo que lo hace fumar. No tener que dar
explicaciones. No poder darlas. Mientras las Sonrisas quieren escapar de la
propia cárcel, roja y de marfil, que se han construido a base de sudor y
lágrimas, él quiere construir esa cárcel. Y no lo logra. Porque no posee esas
manos... esas manos que lo ayuden.
sábado, 20 de abril de 2013
Cruel amante.
- ¿Qué tiene ella que no tenga yo? - Preguntó entre
sollozos.
- Pero cariño, ¡si yo te quiero a ti! Eres lo mejor que
hay en mi vida. - Susurró él, cabizbajo.
- ¡Lo mejor! Pero no lo único... No haces más que hablar
con ella. Es ella, ella, ella. ¡No puedo más! - le ladraba furiosa.
- Ella es sólo mi
amiga, de verdad. Eres la dueña de mi corazón. Por favor, no me hagas esto.
- No tienes idea de lo que sufro todas las noches cuando
te escabulles a verla. No tienes ni idea de cómo me siento. - Apartó la cara
para que aquel traidor no la viera llorar.
- Siento que es mi deber, ya te lo he explicado cientos
de veces. Sólo es mi amiga... - Por desgracia, esto último no lo dijo lo
suficientemente convencido.
- ¡YO TENGO QUE SER TU MEJOR AMIGA! A la que le cuentas
tus cosas, tus penas... ¡NO ELLA! - Gritó ella, fuera de sus casillas.
- No puedo
dejarla. No puedo dejar de verla. Igual que no puedo dejar de verte a ti, de
tenerte, de amarte. A ella no la amo. - Susurró él con el rabo entre las
piernas.
- No, a ella la necesitas. A mí no. Y por eso, yo no
puedo más. No puedo seguir con esto. - Y ella se marchó, para no volver jamás.
Así, el lobo se volvió y miró hacia el cielo. Miró a la
Luna. Esta vez, sin amor, con odio, aulló hacia ella. Le había arrebatado a la loba
de su vida.
jueves, 18 de abril de 2013
Eva, tomando el sol.
Disfrutaban
de sus manjares callados, como bien indican las normas establecidas de
protocolo. Su fiel mascota los observaba desde una distancia prudencial,
curioso, incluso pícaro. Cuando terminaron, de postre, se tomaron unas
rojísimas manzanas, ¡qué pinta tenían! Incluso su mascota tomó un poco.
De
repente, retumbó un trueno en el cielo del paraíso y la serpiente reptó. ¿Que
los expulsaban del paraíso por comerse unas pocas manzanas?
- Lo que no le ha gustado al señor barbudo de arriba no ha
sido que nos comiéramos su postre. Le ha molestado más el primer plato... -
Sonrió Eva, pícara.
- Vaya envidioso. Al menos, ahora podremos comernos el uno
al otro sin remordimientos.
Enca, balga(me). [Otra vez].
Todavía tengo sangre en las manos.
De la última vez que me besaste.
De la última vez que nos besamos.
Sangre que sabe a miel.
Que cuando se enfría sabe a hiel, y necesita
de ti, para recobrar,
ese sabor dulce, cargante,
que volveré a vomitar en forma de sangre.
Que volveré a pedirte cuando
coagule.
Ahora. Y ahora. Y
ahora.
Enca, balga(me).
Hace tiempo que no sabemos
ni lo que decimos,
que no entendemos
lo que hacemos,
que vivimos casi sin
vivir,
casi sin
aire para respirar,
sin
prisa,
con demasiadas pausas...
innecesarias.
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