Devuélvame mi depresión, que desde que soy feliz, no escribo ni un párrafo.
Oiga doctor, mi musa está aquí, dígale que me bese, o que sea cierto el jamás.
Oiga doctor, ¿de verdad existe?
Oiga doctor, dígale a Pepito Grillo que siempre me cayó mal. Nadie me dice lo que tengo que hacer. Dele arsénico, por compasión.
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