y a pesar de mi condición, te amo.
+ Pensé que vosotros no podíais amar.
- Se ama con el corazón.
+ ¿Y cómo podré amarte yo, si no tienes más que eso?
- Te preguntas si las leyendas son ciertas.
+ Y tú también. Te preguntas si sólo sabemos odiar.
- ¿Y hay acaso diferencia entre el odio y el amor? Acaso no tienen el mismo molde. Acaso no son igual de intensos. Acaso no son igual de (in)mortales. Como nosotros, vamos.
+ Levántate la toga.
- Y aunque no haya nada debajo, sé que me seguirás odiando. O amando, que es lo mismo.
+ Te besaré las alas.
- Te arrancaré los cuernos.
(Y qué más da cuál fuera el ángel y cuál el demonio, si al Apocalipsis y al cabo, se comieron igual.)
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