O me soplas las velas
(las de cumpleaños o las del barco,
como prefieras),
o me soplas esta neblina que rodea mi cabecilla,
y penetra (fusiona) mi alma,
o me soplas a mí.
También puedes hornear,
con la susodicha niebla,
una tarta de cumpleaños
(con forma de barco),
y soplar, y soplar, y soplar,
y a mí derribar.
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