Y me convierto en un Atlantes, mintiéndome a mí misma, pero no engañándome.
Esperaba encontrarme peces muertos.
Arena.
Sal.
Y encuentro tus ojos.
Y encuentro un modo,
de que tal carga,
sea tan ligera como aquel cielo que no pareció serlo para el Titán,
y sin embargo para mí...
Y encuentro la forma,
de ser tan ligera,
de que mi trabajo hercúleo,
se convierta en mi reino,
y mi reino,
en ti.
Y tú,
en mi mar.
O en mi cielo,
que en el fondo,
es igual...
(De azul.)
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