Si todavía hay algo capaz de conmoverte,
sábado, 2 de abril de 2011
- Quiero volar.
- Como todos querido. Pero, ¿para qué quieres tú despegarte del suelo? Estarás muy a gustito aquí. - ¿Ah, sí? Pues no sé tú, pero yo no tengo más que problemas. Quiero irme, lejos. Volar, y que todos los problemas se vayan para siempre. No volver jamás, y empezar una nueva vida. - Vaya. Eternecedor. Muy profundo, sí. Pero te sorprendería por qué quiero yo volar. Y como sé que no me lo vas a preguntar porque no te interesa lo más mínimo, te lo diré. Yo quiero volar para poder admirar la belleza del mundo, para sentirme, por una vez, pequeñito. Es cierto que nuestro ego nos impide ver lo que tenemos alrededor. Pero te advierto que no solo es tu ego, sino también el de los demás. Tenemos tan asumido que el ser humano es lo más importante, que el resto nos da igual. ¿Te has parado alguna vez a oler la brisa del campo? ¿A sentir el viento en tu cara? No hagas ese gesto. Crees que lo que digo son chorradas de "Peace and Love". Pero intenta hacerlo. Descubrirás que sabes mucho más de lo que piensas. Y volando... volando podrías oler, sentir, observar el mundo en dimensiones que jamás, siquiera en fotografías o sueños, has podido vislumbrar. - Disfruta de tu caída a la realidad. - Quizás tú seas de los que viven apegados al suelo, y que, ciertamente, el sueño del humano, volar, se les ha despegado de la mente.
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