Si todavía hay algo capaz de conmoverte,
sábado, 2 de abril de 2011
Encerrado/a.
Sentirnos encerrados en un espacio abierto. Parecer solos entre un montón de gente. En el fondo, es lo mismo. Nuestra mente nos aísla. Quizás para protegernos. No queremos ver lo que pasa a nuestro alrededor, pero no lo hacemos conscientemente. Y por eso sufrimos tanto cuando nos sentimos como un pez dentro de una pecera en medio del océano. Ansiamos la libertad cuando somos libres y nos creemos libres cuando estamos presos. ¿Por qué? ¿Miedo? Seguramente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario