Algunos
de vosotros os acordaréis de la chica con la coleta ridícula. A lo mejor ya no
queda nadie para recordarlo.
La
buena noticia (o mala), es que la coleta sigue ahí. La mala (para vosotros) o
buena (para la chica) o inefable (para todos), es que la chica ya no está. O si
está. O está a medias. Cuando se mira al espejo no se reconoce. Cuando la miran
aquellos que ya no ven (porque se han ido), sigue siendo la misma. Cuando la
miran aquellos que no ven (porque todavía no están), se encuentran con una
persona muy diferente de la que no ve el primer grupo.
¿Sabéis
lo que le pasa a un ser vivo cuando no se nutre? ¿Cuándo no se mueve? ¿Cuándo sólo
es vivo? Se va atrofiando, pudriendo. Lo mismo le pasa al alma. A esta chica se
le ha podrido el alma, efectivamente. Se la han marchitado y ha dejado que así
fuera. Han pisoteado hasta la más joven de sus semillas.
El
problema de los que ya no ven (porque se han ido) es que vieron mal desde el
principio. Aunque lo único que quedara de la chica fuera la coleta, se
equivocaron de estrategia. El alma no era una flor, como ellos pensaban. Sólo
con dejar de regarla y pisotearla consiguieron marchitarla. Pero no que no
resucitara. Porque no era una flor, era un ave fénix. Aquello no lo vieron
venir. No lo vieron venir porque ni veían ni ya ven (porque nunca han estado,
porque se han ido).
Así
que ahora tenemos a un pollito de ave fénix que no sabe cómo alimentarse, y no
tiene a nadie quien le enseñe… ¿Todavía? No, nunca. No lo necesita. Ahora está
comiendo (viviendo) un poco. Está convaleciente… pero
nadie lo sabe porque es "sólo" en su alma.
Pero
no pasa nada. Porque ahora tiene metas pero ya no tiene pollitos (los que ya
no ven) que desangren sus pezones en busca de algo de leche, carne o lo que sea
de lo que se alimenten los pollitos de ave fénix. Ah, no. No eran ave fénix.
Sólo eran, y no lo saben… Bueno, ya no importa. Ahora, va a buscar a otras
aves. Otras aves que vuelen a su lado. No siempre, no todo el rato, no por
todas las sendas aéreas. Sólo que vuelen a su lado. Y que la hagan volar más
alto. Y que los haga volar más alto (aunque estos no son los objetivos de los que os
hablaba, eso se queda entre la chica y yo). Los que no vieron (porque nunca han
estado), eran una carga, que aceptó gustosamente. Y que cuando se deshicieron
de ella (de la chica), en vez de impulsarla, la hundieron primero.
No
importa. Un ave fénix resurge de sus cenizas.
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