Qué miedo da, oh sí.
¿Qué significa dominar la palabra? Bueno, en realidad, eso es imposible.
Es cierto que nosotros hemos inventado el lenguaje, es cierto que nosotros lo moldeamos a nuestro gusto, nosotros lo utilizamos, lo amamos y lo odiamos. Pero él ya vivía (y sigue viviendo) dentro de cada cuerpo, por tanto, él siempre nos dominará de algún modo, estamos sometidos al lenguaje.
No, claro que no es como un virus, ni esto debe tomarse como una leyenda. Pero el instinto del habla estaba en lo más profundo del humano, si bien se puede o pudo manifestar de diferentes maneras.
Pero el ser humano necesita comunicarse con sus semejantes, de una forma y otra. Porque eso, el relacionarse con sus hermanos, es lo que lo hace humano.
Por ello entenderá, mi querido lector/a, que dominar la palabra (en la medida de lo posible) es peligroso. Porque eso significa dominar a las personas y porque el poder siempre es peligroso.
Todo puede ser utilizado para hacer el mal, y no por ello debemos prohibirlo, no me malinterprete. Pero, por alguna razón, el poder tiene más tendencia que otras cosas a volverse perverso.
En consecuencia, cualquier manifestación del poder es, sin duda, peligrosa, aunque no por ello debe ser censurada, insisto, ya que también es necesario (respetando la opinión de nuestros queridos amigos los anarquistas, claro).
Ciertamente, lo que hay que tener en cuenta es que conlleva una responsabilidad muy grande.
El poder y dominio de la palabra es una manifestación, quizás la más poderosa, valga la redundancia. Así, quien lo posea, debe andarse con cuidado. Porque un don, no solo es un milagro.
Es mucho más fácil utilizar el poder para el mal que para el bien, porque el mal suele ser la opción más fácil, así que ojo.
¿Qué significa dominar la palabra? Bueno, en realidad, eso es imposible.
Es cierto que nosotros hemos inventado el lenguaje, es cierto que nosotros lo moldeamos a nuestro gusto, nosotros lo utilizamos, lo amamos y lo odiamos. Pero él ya vivía (y sigue viviendo) dentro de cada cuerpo, por tanto, él siempre nos dominará de algún modo, estamos sometidos al lenguaje.
No, claro que no es como un virus, ni esto debe tomarse como una leyenda. Pero el instinto del habla estaba en lo más profundo del humano, si bien se puede o pudo manifestar de diferentes maneras.
Pero el ser humano necesita comunicarse con sus semejantes, de una forma y otra. Porque eso, el relacionarse con sus hermanos, es lo que lo hace humano.
Por ello entenderá, mi querido lector/a, que dominar la palabra (en la medida de lo posible) es peligroso. Porque eso significa dominar a las personas y porque el poder siempre es peligroso.
Todo puede ser utilizado para hacer el mal, y no por ello debemos prohibirlo, no me malinterprete. Pero, por alguna razón, el poder tiene más tendencia que otras cosas a volverse perverso.
En consecuencia, cualquier manifestación del poder es, sin duda, peligrosa, aunque no por ello debe ser censurada, insisto, ya que también es necesario (respetando la opinión de nuestros queridos amigos los anarquistas, claro).
Ciertamente, lo que hay que tener en cuenta es que conlleva una responsabilidad muy grande.
El poder y dominio de la palabra es una manifestación, quizás la más poderosa, valga la redundancia. Así, quien lo posea, debe andarse con cuidado. Porque un don, no solo es un milagro.
Es mucho más fácil utilizar el poder para el mal que para el bien, porque el mal suele ser la opción más fácil, así que ojo.
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