Si todavía hay algo capaz de conmoverte,

Si todavía hay algo capaz de conmoverte,
entonces, sigues vivo.

martes, 11 de noviembre de 2014

De filos, cortes y caídas (casis).

Al filo de la sábana, 
o al borde de la madrugada, 
o al precipicio de la navaja
(que últimamente suelen ser los mismo), 
te busco y no te encuentro. 
Y no sé si me buscas, 
o si me encuentras, 
o si quieres o puedes o debes hacerlo. 
O si estas ganas de hacerte el amor son fruto 
de un equívoco afán de seguridad, 
o si estas mariposas que me recorren los labios, 
los rozan por haber sido vomitadas, 
y no por querer besarte
(ya se sabe que los esfínteres no se equivocan,
aunque nuestros corazones sí).
Y casi cuando me evado, 
casi cuando me desnaturalizo por no encontrarte a ti, 
mi sustrato y sustento favorito y único, 
casi vienes. 
Pero casi, significa que casi me salvo. 
Casi implica que casi me quieres. 
Casi es que casi no caigo, casi no me corto, 
y casi, 
casi, casi, casi, 
eres mío para siempre. 

(Quizás en nuestra próxima cama, mi amor)