Y sin embargo, lo hacemos.
Estereotipos.
¿Existen?
Claro.
¿De verdad?
No.
Pero que algo exista, tiene que ser real. Para ser real, tiene que ser verdad. Los estereotipos son mentiras, contadas en voz baja, secretos a voces. Pero NO son ciertos. Porque un estándar, marca una manera de vivir. Y ninguno vivimos igual.
Ninguno poseemos la misma profundidad en la mirada, no todos somos retorcidos y malvados, ninguno nos mordemos las uñas de la misma manera, ni sentimos igual.
Los estereotipos son mentira, porque no son posibles.
Y sin embargo, ¡hay gente que intenta seguirlos! A veces, los estándares se convierten en modas. Y no nos debemos adaptar a las modas, ¡ellas deben acomodarse a nosotros! Ellas estñan a nuestro servicio.
Pero en cuanto dejamos de seguirlas al pie de la letra, dejan de llamarse modas, y se llaman... ¿originalidad?
Extraño. Pero no se preocupe, no hay que entenderlo. Solo acéptelo si le apetece. Y si no... pues nada.